Me invadió una onda nostalgia al volver a recorrer aquel lugar tan amado, pero al ver a doña Irma sentada en el frente de su casa comprendí que estaba soñando. Dona Irma murió cuando yo era un muchacho, al verla allí recuperé la plena conciencia.
- !Hola, cuanto hace que no te veía ¿Cómo andas? - me saludó la anciana de forma amable, como lo hacía cuando estaba viva. Como estaba consciente me causó mucha impresión escuchar a aquella representación de un ser que ya no estaba dirigirse a mi.
- Bien ¿Cómo anda usted, doña? - le respondí de forma automática, como un reflejo.
- !Yo me estoy pudriendo en el maldito infierno¡ - apenas dijo eso su cara comenzó a deteriorarse ante mis ojos, hasta quedar reducida a un cadáver putrefacto pero que seguía moviéndose, y de la nada surgieron unas criaturas pequeñas, que parecían bebés pero deformados, entonces treparon por ella y la despedazaron.
Desperté agitado, fue una pesadilla horrible, y en ese momento consideré que no era mas que una pesadilla absurda y sin sentido, un producto retorcido del extraño mundo de los sueños.
Mucho tiempo después me entere de algo horrible, que me hizo recordar aquella pesadilla y reflexionar sobre su naturaleza. Resultó que doña Irma, a la cual recordaba como una anciana buena e inofensiva, se ganaba la vida practicando abortos ilegales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Aqui estas por que has venido, por que has venido aqui estas, si no te gusta mi blog como has venido te vas!!